La revuelta se extendió muy pronto, como prueba esta placa en recuerdo de los gallegos que se sublevaron el 30 de mayo.
«En mayo de 1808, Francia era dueña de Europa. Napoleón Bonapartedominaba la mayor parte del continente y los ejércitos imperiales eran la fuerza militar más poderosa de su tiempo. La debilidad de la monarquía española hizo concebir al emperador francés el proyecto de arrebatarles del trono. El emperador creía que el pueblo español, arruinado, inculto, privado de reyes y gobierno, aceptaría la nueva situación.Se equivocaba.»