Este post es una traducción del post nº 5 de las series realizadas por Yankee Doodle sobre la relación entre el crimen organizado y las organizaciones terroristas en Asia Central. Los anteriores posts traducidos de la series son:
El fracaso en cortar el tráfico de heroína es el fracaso en secar una fuente de financiación de nuestros enemigos.
La expansión de las amapolas productoras de opio a Asia Central puede ser facilitada por la vasta red de mafias domésticas de la droga y los grupos criminales trasnacionales que operan a día de hoy en todos los estados de la región. No sólo han establecido estas redes importantes relaciones con las fuerzas oficiales de la ley, agencias gubernamentales y de seguridad, si no que también han asegurado numerosos medios y rutas para traficar cargamentos de mercancías ilícitas. La importancia de la «Ruta Norte», la corrupción rampante, y unos ambientes político, económico y social cada vez más deteriorados han hecho a las repúblicas de Asia Central inseparables del problema regional sobre las drogas. La única cosa que impide a Tajikistán, Turmenistán y Kyrgyzstán convertirse en «narco-estados» es su compromiso retórico por las presiones lideradas por Occidente de las agencias contra-terroristas y contra-narcóticos y su abilidad para suprimir información.
(Este compromiso retórico es obligatorio, a pesar de que Tajikistán ha progresado desde entonces. ¿Qué es lo que van a decir? «Promovemos el tráfico de heroína porque los carteles de la droga nos pagan».
No penséis ni por un momento que esas relaciones existen sólo con los países en esas latitudes.
Y esas rutas que han sido aseguradas, corren a través de los Balcanes hacia Europa del Este. En los Balcanes, hemos apoyado a los terroristas islámicos traficantes de narcóticos con vínculos con Al-Qaeda en sus luchas contra los gobiernos legales desde los 90s.
¿Pone esto en perspectiva la política del Rey Jorge‘s sobre Kosovo al apoyar a la parte errónea? )
Cualquier otra cosa que una política coherente anti-drogas que simultáneamente ponga en su objetivo a toda la región sólo resultará en un incremento del área de cultivo de amapolas para drogas. Seccombe sugirió que el contrabando de drogas es «como un globo: si lo aprietas por una parte, se expande por otra». Afganistán y Asia Central por tanto, requieren una respuesta formulada cuidadosamente y un compromiso por parte de la comunidad internacional.
Opciones políticas
La importancia de analizar el comercio de drogas en Asia Central en el contexto del nexo crimen organizado-terrorismo es doble: primero, pone de manifiesto el papel de la miríada de jugadores que están envueltos en las operaciones de drogas; segundo, revela las relaciones entre los actores. Este tipo de análisis demuestra que pocos grupos controlan el comercio desde el campo hasta el tráfico internacional, y que la mayoría están forzados (por una causa u otra) a relacionarse con los demás. También hace que desaparezca el mito (cada vez más presente a partir del 11S), de que los talibanes y Al-Qaeda ellos solos controlaban el tráfico de drogas afgano.
Lo que es más importante, eso sí, hay individuos dentro de esas agencias que reciben un presupuesto secreto -sobornos- para asegurarse de que dichas agencias NO combatan efectivamente las drogas.
Hay también negocios legítimos que hacen dinero proveyendo armas, equipos y material para una guerra que no tiene fin.
NO es sólo un «nexo crimen organizado-terrorismo» lo que nos amenaza. Estamos siendo atacados por un Reino en las Sombras.)
Basándose en estas percepciones sobre el comercio de drogas en Asia Central, existen algunas implicaciones para el desarrollo de la política internacional en la región que han de señalarse. Para empezar, un entendimiento de los múltiples componentes del nexo crimen organizado – terrorismo y cómo interaccionan unos con otros sugiere que la política internacional que se practica con Afganistán y con Asia Central no puede simplemente enfocarse a los grupos insurgentes/terroristas. En el contexto de Asia Central, un acercamiento tan limitado ha legitimado la opresión del Gobierno sobre los movimientos de oposición, y por tanto ha dado lugar a un crecimiento de los movimientos terrorismo más que destruyéndoles. A la consideración del papel de los grupos terroristas en el tráfico, es imperativo añadir una mirada más que superficial al que juega el crimen trasnacional. Además del papel central que juegan en el comercio de drogas ilícitas, los grupos criminales trasnacionales son también responsables de enseñar a los grupos terroristas nuevas técnicas operativas y organizativas. Las autoridades pueden aprender más sobre la dinámica cambiante de los grupos terroristas y el comercio de drogas trasnacional si entiende la naturaleza evolutiva del crimen trasnacional. Cualquier «guerra contra el terrorismo» en Afganistán y Asia Central no está completa si no se integra con la «guerra contra las drogas».
Segundo, a la luz del nexo crimen organizado – terrorismo y el efecto adverso que tiene en la seguridad nacional y en la estabilidad regional, un entendimiento completo de la relación entre el crimen organizado, las drogas y el terrorismo debe ser realizado si se van a desarrollar las políticas de seguridad y estas se van a incrementar en la región. El papel de las amenazas no militares en producir situaciones que perjudican la seguridad regional necesita ser reconocido, especialmente si se considera que las mafias de la droga y los grupos transnacionales del crimen ya tienen experiencia en enfrentamientos armados contra fuerzas del Gobierno para asegurar sus operaciones criminales.
Sibel Edmonds fue amordazada por funcionarios del gobierno corruptos que tienen vínculos con el tráfico de narcóticos y con el tráfico de influencias; la razón para esta mordaza es que así no puede hablarnos sobre esas conexiones con el tráfico de narcóticos y el tráfico de influencias.
Los cárteles de la droga y algunos elementos en la industria armamentística han impedido al Gobierno cumplir con su función comprometiendo a funcionarios clave.)
Tercero, el concepto del nexo crimen organizado – terror da al gobierno y a las agencias de seguridad y a las agencias de cumplimiento de la ley (en la región y en Occidente) más herramientas para enfrentarse al crimen trasnacional, terrorismo y tráfico de drogas. Pone de relieve la necesidad de que las políticas contra el crimen, las drogas y el terrorismo deben realizarse conjuntamente si se quiere que sean exitosas. Además, estas políticas requieren cooperación nacional, regional e internacional entre las distintas agencias constituidas para ello. A pesar de que parece que es un orden complicado, es sólo el primer paso que debe tomarse para restringir la libertad de que gozan las organizaciones criminales trasnacionales y los grupos terroristas.